Soterramiento de líneas eléctricas en espacios protegidos: ¿solución sostenible o nuevo desafío ambiental?
El reto del soterramiento de líneas eléctricas en espacios de alto valor ecológico.
La transición energética avanza con fuerza en España, impulsada por el despliegue masivo de energías renovables y la necesidad de reforzar las infraestructuras eléctricas. Sin embargo, este progreso técnico convive con un reto ambiental de primer orden: cómo compatibilizar las nuevas instalaciones con la conservación de espacios protegidos, especialmente aquellos incluidos en la Red Natura 2000. En este contexto, el soterramiento de líneas eléctricas se presenta como una solución aparentemente ideal: elimina el impacto visual, reduce el riesgo de colisión para la avifauna y mejora la integración paisajística. Pero ¿es realmente una alternativa sin costes ecológicos?
El reciente proyecto de soterramiento de una línea de 20 kV en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, aprobado por MITECO en diciembre de 2024, ofrece un caso paradigmático. La actuación implica el desmantelamiento de más de 10 km de línea aérea y la construcción de una nueva línea subterránea de 15 km, atravesando zonas de alto valor ecológico. Aunque se ha valorado positivamente por eliminar el efecto barrera de la infraestructura aérea, también ha generado impactos significativos sobre hábitats de interés comunitario, vegetación autóctona y especies protegidas como el buitre negro, el águila imperial o la mariposa isabelina.
Este artículo analiza los beneficios y riesgos del soterramiento en espacios RN2000, revisa el marco normativo y técnico que lo regula, y plantea recomendaciones para que esta solución tecnológica medioambiental sea verdaderamente sostenible.
¿Qué implica soterrar una línea eléctrica en un espacio RN2000?
Soterrar una línea eléctrica no es simplemente “enterrar cables”. Implica movimientos de tierra, apertura de zanjas de hasta 4 metros de profundidad, tránsito de maquinaria pesada y eliminación de vegetación en amplias franjas. En el caso de Guadarrama, se estimó la tala de 2.982 ejemplares de pino silvestre, de los cuales 210 superan los 20 cm de diámetro. Además, se afectaba directamente a hábitats prioritarios como el HIC 5120 (Formaciones montanas de Cytisus purgans) y el HIC 6230* (Formaciones herbosas con Nardus).
Aunque el trazado se ha optimizado para discurrir por caminos existentes y zonas alteradas, la ocupación temporal supera los 60.000 m², incluyendo áreas de ZEC y ZEPA. El impacto sobre la fauna también es relevante: se han identificado puntos de nidificación de especies sensibles a menos de 500 m del trazado, lo que ha obligado a establecer paradas biológicas y medidas de seguimiento ambiental.
Desde el punto de vista técnico, el soterramiento mejora la seguridad del suministro y reduce la exposición a campos electromagnéticos, pero también encarece el proyecto y complica su mantenimiento. Por ello, debe evaluarse caso a caso, aplicando criterios multicriterio que ponderen la viabilidad técnica, el coste económico y la compatibilidad ecológica.

Marco normativo y evaluación ambiental
El soterramiento en espacios RN2000 está regulado por el artículo 6.3 de la Directiva Hábitats y el artículo 46 de la Ley 42/2007. Además, debe cumplir con la Ley 21/2013 de evaluación ambiental y las guías técnicas del MITECO y la Comunidad de Madrid. La evaluación de repercusiones debe determinar si el proyecto compromete la integridad ecológica del espacio, considerando factores como:
- Magnitud y duración del impacto.
- Reversibilidad y frecuencia.
- Compatibilidad con los objetivos de conservación.
- Impactos acumulativos y sinérgicos.
En el caso de Guadarrama, el promotor optó por las alternativas menos impactantes, descartando trazados que implicaban voladuras o mayor ocupación de hábitats. Además, se comprometió a compensar los ejemplares talados en proporción 1:5, restaurar las zonas afectadas con especies autóctonas y realizar prospecciones previas para evitar afecciones a flora y fauna protegida.
Este enfoque, basado en las mejores técnicas disponibles (MTD), es clave para garantizar que el soterramiento sea una solución tecnológica medioambiental y no una fuente de nuevos impactos.
¿Es el soterramiento una solución universal?
No siempre. Aunque el soterramiento puede ser beneficioso en zonas urbanas o de alto valor paisajístico, en espacios naturales protegidos puede generar impactos más graves que la propia línea aérea. La apertura de zanjas, el tránsito de maquinaria y la alteración del suelo pueden afectar a especies vulnerables, modificar la red de drenaje y aumentar el riesgo erosivo.
Por ello, es fundamental aplicar criterios de selección rigurosos, que incluyan:
- Integración de herramientas de análisis geoespacial, modelado ambiental y evaluación multicriterio para seleccionar recorridos soterrados con la menor interferencia posible sobre los valores ecológicos y funcionales de los espacios RN2000.
- Consulta a organismos gestores de espacios protegidos.
- Participación pública y transparencia en la toma de decisiones.
Además, es clave que las empresas promotoras y los organismos públicos trabajen de forma coordinada para garantizar que las infraestructuras eléctricas se integren en el territorio sin comprometer sus valores ecológicos.
En esta línea, en Altácia hemos destacado cómo soluciones geoespaciales avanzadas, como ArcGIS Professional Plus, permiten planificar proyectos con mayor precisión, evaluar impactos en tiempo real y seleccionar alternativas que reduzcan la afección sobre hábitats y especies protegidas. Estas tecnologías se convierten en aliadas clave para que infraestructuras complejas, como el soterramiento eléctrico, puedan compatibilizarse con la conservación de espacios de alto valor ecológico.
Tecnología al servicio de la conservación
El soterramiento de líneas eléctricas en espacios RN2000 puede ser una herramienta valiosa para avanzar en la transición energética sin renunciar a la conservación de la biodiversidad. Pero no es una solución universal ni exenta de impactos. Requiere planificación rigurosa, evaluación ambiental detallada y aplicación de medidas correctoras eficaces.
El caso de Guadarrama demuestra que, con voluntad técnica y política, es posible compatibilizar infraestructuras eléctricas con espacios de alto valor ecológico. ALTÁCIA, como empresa comprometida con soluciones tecnológicas medioambientales, puede liderar este tipo de actuaciones, integrando innovación, sostenibilidad y respeto por el entorno.