Cómo las plantas solares fotovoltaicas ayudan a conservar la biodiversidad
El despliegue global de la energía solar todavía está en pleno auge. En los últimos años, los paneles solares han mantenido su contribución a la descarbonización de la economía, marcando un paso decisivo hacia un modelo energético menos dependiente o libre de combustibles fósiles.
Sin embargo, este cambio también plantea nuevos desafíos. La necesidad de grandes superficies para instalar paneles solares puede generar tensiones con otros usos del suelo, especialmente en los entornos Rurales donde se suelen ubicar. La cuestión no es solo cómo generar energía limpia, sino cómo hacerlo de forma compatible con la conservación de la naturaleza y fomentando la restauración de los ecosistemas afectados.
Un reciente artículo publicado en el Journal of Applied Ecology por Carvalho et al. (2024) analiza este dilema y lanza una propuesta clara: los parques solares pueden contribuir activamente a la recuperación ecológica, siempre que se planifiquen con visión integrada. En este artículo, desde Altácia tratamos de explicar cómo transformar una planta solar en un aliado de la biodiversidad local.
Energía solar o uso agrícola del suelo.
Las plantas solares sobre el suelo representan más del 50% del despliegue fotovoltaico mundial (superando al conjunto de paneles flotantes, elevados y en tejados). Se espera que esta proporción aumente significativamente en las próximas décadas. Esto implica que millones de hectáreas pasarán de ser tierras agrícolas, praderas o terrenos marginales a convertirse en superficie a la que destinar infraestructuras energéticas.
A primera vista, podría parecer que esto representa una pérdida neta para la biodiversidad. Sin embargo, muchos terrenos seleccionados para plantas solares son antiguos cultivos intensivos o suelos empobrecidos, donde la restauración de hábitats es perfectamente viable. En estos casos, el paso a un uso dual —energía y conservación— puede ser una oportunidad.
Además, nuevas estrategias como la combinación de producción agrícola y solar, o la priorización de la conservación de la biodiversidad, abren un todo un abanico de posibilidades. Lejos de competir con la naturaleza, estas plantas solares bien diseñadas pueden convertirse en un motor de regeneración ambiental.
Impacto ambiental de los parques solares sobre la biodiversidad local.
Los efectos de un parque solar sobre el ecosistema que lo rodea son variados y dependen de muchos factores: ubicación, clima, tipo de suelo, gestión del terreno, diseño de la instalación, etc. No se trata solo de instalar paneles, sino de cómo se convive con el emplazamiento que los acoge. Por ejemplo, los paneles solares modifican el microclima al generar sombra y alterar la humedad del suelo. Esto puede afectar la composición vegetal. En climas templados, esa sombra puede limitar la fotosíntesis de algunas especies, mientras que en regiones áridas puede ayudar a retener humedad y favorecer a la vegetación autóctona.
La gestión del territorio es un factor clave. En estudios llevados a cabo en el Reino Unido, se ha observado que en los parques solares donde se permite el pastoreo de ovejas sobre pastizales silvestres, encontramos mayores densidades de abejas, mariposas y aves insectívoras, lo cual mejora la polinización en áreas agrícolas cercanas.
Por el contrario, cuando se recurre a siegas intensivas, se aplican herbicidas o no se permite la sucesión natural de la vegetación, la biodiversidad no mejora, siendo necesario diseñar y gestionar de forma active los procesos de manejo del ecosistema.

Las políticas públicas como palanca de la energía verde
Los beneficios potenciales de las estrategias para favorecer la conservación de la biodiversidad son evidentes, pero si las políticas públicas se acompañan con incentivos agroambientales, la capacidad de integración de los objetivos climáticos y de biodiversidad se ve enormemente favorecida por las sinergias establecidas entre ambos ámbitos. Estas sinergias permiten optimizar el uso del suelo, canalizar financiación hacia la restauración ecológica y fomentar modelos de gestión que, además de producir energía limpia, generan hábitats funcionales, conectividad ecológica y servicios ecosistémicos esenciales para el territorio.
Lo más adecuado sería establecer acciones clave: crear indicadores ecológicos y económicos que orienten la planificación; fomentar la colaboración entre administraciones; incentivar a los promotores; integrar biodiversidad en la planificación territorial y establecer mecanismos justos de reparto de beneficios. Además, se sugiere incorporar la perspectiva de las comunidades locales, reconociendo que estas instalaciones deben generar también valor social y económico para el entorno que las acoge.
Cómo lograr una transición energética que beneficie a la naturaleza
La transición energética no puede ser solo una cuestión técnica o climática. Debe ser también una oportunidad para regenerar la vida en los territorios. Las plantas solares fotovoltaicas pueden y deben ser parte de esta solución integral.
El desafío es salir de la falsa dicotomía entre energía o biodiversidad y abrazar una visión integrada. Ya existen ejemplos, marcos teóricos y evidencias científicas que muestran que es possible, para lo cual se necesita voluntad política y empresarial, alineación institucional y herramientas de implementación eficaces.
Si conseguimos integrar las plantas solares en un modelo de territorio que combine producción, restauración y bienestar social, habremos dado un gran paso no solo hacia el Net Zero, sino hacia un futuro verdaderamente sostenible.
Desde ALTÁCIA apostamos por una transición energética verdaderamente regenerativa. Colaboramos con promotores de energías renovables, administraciones públicas y comunidades locales para:
- Evaluar y mejorar el impacto ecológico de instalaciones solares.
- Supervisar los proyectos de instalaciones solares en fase de construcción y funcionamiento.
- Llevar a cabo el seguimiento de la evolución del capital natural.
- Diseñar estrategias de compatibilización energética y ambiental.
- Incorporar métricas de biodiversidad y servicios ecosistémicos en la toma de decisiones.
- Asesorar en el acceso a fondos públicos y privados para restauración ecológica.
En este sentido, resulta clave recordar que el éxito de una transición energética con enfoque regenerativo también depende de cómo se diferencia y se posiciona cada agente implicado. Tal como explicamos en nuestro artículo “Qué hace única a Altacia como consultora ambiental”, la esencia está en combinar conocimiento científico, visión estratégica y compromiso con las personas. Esta manera de trabajar, que pone la sostenibilidad y la innovación al servicio de la sociedad, es lo que nos permite aportar soluciones que no solo cumplen objetivos energéticos, sino que generan valor ambiental y social duradero.